08 junio 2011

Máster en fotocopias

Cuando eres becario no eres un trabajador de la empresa... y como tal, tampoco cobrarás la que ellos, aunque hagas su trabajo... y el tuyo... y el de aquel... y el de aquel también...
Pero el exceso de trabajo no es importante. Un becario tiene ilusión, valentía y coraje y si tiene que dejarse los ojos en el pc lo hará. Aprenderá la mecanica de la empresa en apenas dos días y esperará ilusionado que llegue su momento para demostrar sus conocimientos y su capacidad de trabajo.

Tranquilo, tendrás oportunidad de demostrar tus dotes... tus dotes fotocopiando, escaneando, encuadernando, archivando... puedes incluso batir tu propio record una y otra vez. Los máster en fotocopias son bastante habituales, de hecho es algo que ya te van orientando desde el primer día de forma inconsciente y es que, la mesa del becario siempre, siempre está junto a una fotocopiadora. Si acabas tu beca y le coges el gusto puedes montar tu propia reprografía...

07 junio 2011

De vuelta

Es triste pero es real. Mi última entrada es de diciembre de 2009 y, hoy, 07 de junio de 2011 me decido a volver a actualizar... y es que si: sigo siendo becaria. 

Ahora es un sector en auge en España, ya que somos baratos, fáciles de usar y, sobretodo, reemplazables... en fin, que somos como los clinex: usar y tirar o como los condones, que al menos, es más divertido. 
Tal y como está la situación laboral, encima tienes que alegrarte. Es lo más parecido a un trabajo que vas a encontrar y oye, ¡ya lo quisieran muchos!

Pero sobretodo, ser becario es... extraño. Te ves en situaciones en las que ni Macgyver con toda una caja de herramientas saldría bien parado. Yo mantengo siempre una filosofía: Sonreír y respirar... sonreír y respirar... sonreís y respirar... sonreír y respirar...

03 diciembre 2009

Entrevista: Caso 1

Anuncio: Sé necesita estudiante en prácticas con la mitad de la carrera ya acabada, joven, con ganas de trabajar, conocimientos informáticos en programas de retoque y creación de web. Imprescindible ganas de aprender y trabajar.

Todo parece ir bien, los requisitos del anuncio los avalas con diplomas y certificados, que acreditan los conocimientos que se piden. Pero surge un inconveniente que no permite ni demostrar dichos conocimientos, la edad es un problema. Piden una persona joven, pero 20 años les parece demasiado joven para trabajar en su empresa…

“¿Solo tienes 20 años? ¿No crees que eres un poco joven para trabajar?”

En fin… supongo que es uno de esos misterios que aún no consigo desentrañar del mundo laboral… ¿tal vez por falta de experiencia en este?

Resulta sin duda, irónico.

La entrevista

Ya con curriculum en mano me dispongo a ir repartiéndolo por todas aquellas ofertas que veo convenientes. No es el mejor curriculum, lo sé, pero la única forma enriquecerlo y aumentarlo es esta: buscar trabajo.
Sobre todo en ofertas que piden estudiantes para hacer prácticas. No es lo mejor que hay, ni tiene un buen sueldo, ni es el trabajo de ensueño de nadie, ¡pero oye! Que por algo hay que empezar, y a mi no me importa que sea desde lo más bajo… aprendiendo.

Y así, comienza otra etapa: la entrevista.

Siempre había oído por ahí comentarios del tipo: “una entrevista de trabajo es una prueba realmente difícil de pasar”;” No veas lo que me hicieron hacer”;” Vaya, si se que va a ser así, es que ni voy…”
Pero está claro que una entrevista para un conseguir un puesto de Becario, no es que sea difícil, es que es… extraña. ¿Habrá que hacer otra carrera para superar esto? Da igual, total sería otra carrera teórica y no aprenderías a superarla si no es… intentándolo.

Tú vas con toda la ilusión, curriculum en mano, dispuesto a lo que haga falta para conseguir el puesto. Pero… da igual a lo que estés dispuesto, hay cosas incoherentes que no vas a poder remediar y que, de una forma u otra, hacen que cada vez veas el trabajo más lejos y con menos ganas.

En mi trayectoria me he topado con diferentes casos, los iré poniendo en entradas posteriores y si alguien entiende lo que sucedió que me lo explique… por que lo que es yo, me vine sin entender nada.